TARDE O TEMPRANO UNO SIEMPRE VUELVE
Ayer, mientras leía un poco y escuchaba mi playlist de música católica / cristiana, "Un Viaje Largo" de Marcela Gandara empezó a sonar y de un momento a otro ya estaba hundida en mis pensamientos (de nuevo). Hey hey! 🌼🤓 Después de haber tenido días llenos del famoso "bloqueo del escritor", aquí estoy otra vez para platicar un ratillo contigo.
Te cuento que Marcela Gandara es el nombre de una de mis cantantes favoritas dentro de la música cristiana, sus canciones siempre han sabido como hacer vibrar mi corazón y el hecho de que sea mexicana, igual que yo, lo hace aún más especial. Dentro de dichas canciones, hay una en específico que supo consolarme cuando estaba rota por dentro. "Un Viaje Largo" habla, como su nombre lo dice, de ese viaje que uno hace después de tanto tiempo para llegar a ese destino buscado: los brazos de Dios.
Aquí es cuando empiezo a ser muy sincera contigo. Verás, durante mucho tiempo anduve viajando por ahí sin rumbo alguno, ya sabes, de esas veces en las que solo avanzas por inercia pero no sabes ni porqué ni cuál es el destino ni cómo has llegado hasta ahí, solo avanzas y ya. Viajé lejos y me perdí durante el camino, quedé varada en medio de la nada y todo porqué decidí viajar sola, sin Él. Ya va, voy a explicarme mejor que no quiero confundirte; como cualquier otro ser humano que pasa por este mundo, he tenido momentos malos y buenos. Uno de esos momentos malos, en donde la tormenta no deja de caer, me rompí totalmente. La Ivanna que yo conocía, llena de luz, de fuerza y de optimismo, se había ido junto con mi relación con Dios.
Iba a misa sin estar presente, rezaba sin sentir nada, creía por costumbre y de mi buen amigo ya ni se diga, a Él, lo había abandonado completamente. Pasar por una "crisis espiritual" es algo que, desde mi perspectiva, te transforma y te confirma lo débil que es el ser humano y lo grande que es Diosito por no abandonarnos ni un segundo; y es que, algo que me sorprende hasta la fecha, es esa sensación que siempre tuve en la que me decía que no estaba sola a pesar de que yo no quería compañía, esa sensación de la que estoy segura era Él.
Dicen por ahí que cuando uno comparte sus preocupaciones con los amigos éstas se dividen en dos y aquello que preocupa deja de ser tan grande como se pensaba; pues bien, sucede que yo tengo una tonta costumbre que hace que, lo mencionado anteriormente, no cuente para mí: soy la clase de persona que nunca habla sobre sus problemas, sobre lo que le pone triste, sobre lo que le duele hasta que todo pasa. Me guardo todo para mí misma y un día por cosa de nada acabo explotando tanto, que la manera de mostrarlo son las lágrimas. Cuando uno es así, en tiempos donde la tormenta es dura y el lugar se inunda más y más, enfrentarse solo es la "mejor opción" y olvidarse de aquel quién todo puede se vuelve un hábito muy recurrente.
Entonces, ¿qué pasa cuándo uno vuelve después de estar varado durante tanto tiempo? Desde mi experiencia, eso es algo que va poco a poquito, no es algo que pasa de la noche a la mañana y cuando ocurre, uno simplemente abre los ojos y se da cuenta de dónde y con quién está parado. Que incongruencias de la vida tan más simples: mientras yo abandoné a mi buen amigo, Él nunca lo hizo. Estuvo conmigo siempre: en cada paso que dí pero nunca lo quise ver y, ¿sabes algo?, eso es lo que pasa usualmente en la vida de cada ser humano: nos creamos esa idea tonta de que solos podemos con todo y que, en algunos casos, no lo necesitamos ni un poquito. Error grande.
Avanzar bajo la tormenta, resistir hasta que el Sol salga y no romperse en el camino es algo de lo que se puede salir ileso si aprendes a dejar tus preocupaciones en sus brazos y a confiar totalmente en que la mejor fuerza es Él. Cuando el corazón lo busca, tarde o temprano uno siempre vuelve a donde pertenece. A pesar de que sigo reconciliándome con Él y conmigo, pude regresar después de andar por ahí en medio de la nada y si yo pude, tú también.
Queda mucho por contar sobre esta travesía, sin embargo, dejaré este post por aquí y te diré algo más antes de despedirme: nunca nunca nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo, mi buen amigo siempre está esperando a que llegues y empieces a remar con Él, grábate eso.
Sin más que decir, me despido por el momento. No te olvides de brillar mucho, de disfrutar vivir y de soñar en grande. Que la mejor de mis vibras llegué hasta tu casita y que las bendiciones nunca falten 😊✨
¡Nos vemos en el próximo post!
- Ivanna
PD: te dejo está interpretación acústica de la canción por si quieres escucharla, ¡bye bye! 😊


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